Siempre fiel a la luz.
A esa luz encendida que brilla
en el centro del corazón.
Esa luz que marca el camino, la dirección
de regreso al Hogar.
Esa luz que es remanso de paz,
de descanso y de fuerza.
Inmenso es su poder,
e inmensas son las consecuencias de seguirla.